viernes, 1 de agosto de 2008

Reflexiones

LA VIDA VALE CUANDO TIENES
EL VALOR DE ENFRENTARLA

Jorge Meléndrez

Hace unos días, platicando con mi hijo Jorge René, quién ha sabido enfrentar y vencer con la ayuda de Dios una serie de adversidades que la vida le ha presentado, desde una enfermedad de hodgkin (cáncer en su sistema línfático) hasta problemas derivados de su propio desarrollo existencial, llegábamos a la conclusión de que la vida vale la pena vivirse aún cuando se tenga que sufrir y enfrentar adversidades diversas, sobre todo aquellas que nos dejan una gran lección y un gran aprendizaje de vida. Esta reflexión, es ahora parte de su vida y forma parte de su nuevo acervo cultural donde el “solo por hoy” y “una vida con propósito” son las divisas más importantes.

Tanto él como nosotros, su familia, estamos convencidos de que Dios es quién rige nuestras vidas y nuestro destino, y nos pone los medios para elegir en libertad lo que deseamos vivir, de tal manera que nada es casual, sino que todo es producto de la causalidad, es decir, de un plan divino donde los hombres solo somos una parte importante del Cosmos organizado por el Altísimo.

Y como nada es casual, sino producto de una relación de leyes universales, como la de causa-efecto, le doy gracias a mi buen amigo Raúl Carrillo, por ser parte de esta cadena al tener el impulso de enviarme por e-mail, un escrito con un título que retomé para esta reflexión, y cuyo contenido son una serie de pensamientos que interpretamos mi hijo y yo como parte de su propia reflexión de vida diaria y que vale la pena dar a conocer en esta columna. Estas son algunas de las que mayor motivación nos causaron:

“...Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas y comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño.”

“Aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío y después de un tiempo, aprenderás que el sol quema si te expones demasiado y aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.”

“Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma y descubrirás que lleva años para construir confianza pero apenas unos segundos para destruirla, y que tu también podrías hacer cosas de las que podrás arrepentirte el resto de la vida. “
“Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.”

“Aprenderás a descubrir que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que las veamos. “

“Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.”

“Aprenderás que si no controlas tus actitudes, estas te controlarán a tí, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación, siempre existen dos lados a elegir, donde solo uno siempre será el bueno. Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias.”

“Aprenderás que no siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.”

“Aprenderás que no importa en cuantos pedazos se partió tu corazón, el mundo no se detendrá para que lo arregles. Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, deberás cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces sabrás que realmente puedes soportar, que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Por todo ello, Aprenderás que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.” (Fin de las citas) ¿Interesantes verdad? ¡Felicidades hijo, por tu nueva vida con propósito! JM. Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

APRENDER A DESCANSAR EL CUERPO Y LA MENTE

Jorge Meléndrez

Los seres humanos vivimos aceleradamente el presente, un poco aferrados al pasado y con la incertidumbre de los tiempos por venir. ¡Una paradoja de vida!, pues pareciera que sin desprendernos del ayer o frenados con las cosas que ya sucedieron, buscamos adivinar nuestra posición en el futuro que aún no ha llegado y ante esta situación, descuidamos vivir el presente en plenitud y nos llenamos de estrés y preocupaciones y, en consecuencia, nos laceramos el alma y la vida. Por ello resulta necesario que aprendamos a descansar el cuerpo y la mente.

¿Qué podemos hacer para lograrlo? En primer lugar, debemos hacer un buen recuento de nuestros problemas más cotidianos y que no nos permiten descansar la mente. Los clasificamos y priorizamos en problemas urgentes e importantes, y estos a su vez, en los que la solución depende de nosotros y aquellos cuya solución está fuera de nuestro alcance. Desechamos éstos últimos y de esta manera, los reducimos y los hacemos más manejables y entonces podemos empezar a analizarnos uno a la vez y las soluciones empezarán a brotar como por arte de magia. Haciendo esto, estaremos aprendiendo a descansar la mente, pues al asumir una actitud responsable y encontrar la solución factible, el estrés y la angustia empezarán a disminuir, y con ello, vendrá el placer del descanso mental.

Pero la mente, que es la cuna de las emociones, requiere de ayuda externa, y esta la puede proporcionar el aprendizaje de cómo manejar nuestro cuerpo, pues como reza el aforismo,”Mente sana en cuerpo sano” y esto puede lograrse con disciplina en muchas de nuestras labores y actividades cotidianas. Por ejemplo, tomar solo alimentos sanos y nutritivos, hacer ejercicio diario, al menos caminata de 20 a 30 minutos, y sobre todo, evitando desvelos y disfrutando de al menos 6 o 7 horas de sueño profundo. Pero todo esto que parece tan simple, es lo menos que hacemos diariamente. Nos alimentamos mal, abusamos del desvelo, dormimos poco y no hacemos ejercicio, y con un cuerpo cansado y una mente agotada, los problemas aún cuando sean pequeños y solucionables, nos parecen del tamaño de la piedra del Pípila y se convierten en una verdadera carga emocional.

Por ello, debemos aprender primero a tomar conciencia de la necesidad que tenemos como seres humanos tanto del descanso físico como del descanso emocional, ya que son los dos elementos más importantes mediante los que se consigue mantener una buena salud física y mental, pues suprimimos enfermedades, mantenemos vitalidad y buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y se regeneran las funciones vitales de nuestro cuerpo.

En el descanso pleno hay quietud natural, podemos percibir las cosas más insignificantes como el aleteo de los pájaros, el susurro de los insectos, el chasquido del agua de lluvia y el olor del viento y se da un círculo virtuoso de la vida del hombre frente a la naturaleza y el contacto con ésta, nos permite generar un silencio profundo y contemplar la vida en su plenitud, pues en el profundo silencio, se activan nuestras fibras sensibles, se afina la conciencia y se logra un estado de meditación y de lo más recóndito del alma brota la oración que nos conecta con el Altísimo, ese ser del que proviene el verdadero silencio y donde nuestro potencial humano se vivifica y se repone.

Aprender a descansar es aprender a convertir el ocio pernicioso en un ocio creativo, ese que nos permite conectarnos con las sensaciones y con los sentidos y sobre todo, que nos enseña a romper con los moldes de vida cotidianos y que se han convertido en paradigmas que rigen nuestra vida y nos atan a los apremios, a las angustias y a los esfuerzos inútiles que nos dan la sensación de vacío existencial, de todo eso que implica el vivir aferrados al pasado y tan proyectados hacia el futuro incierto.

Aprender a descansar el cuerpo y la mente, significan también aprender a vivir fuera de las complicaciones y dentro de la sencillez de lo cotidiano, y nos permite además, comprender que no podemos vivir haciendo más de lo humanamente posible ya que dentro de lo humano está la necesidad fundamental de darnos el tiempo para el descanso, la contemplación, la meditación y la oración frente a nuestro ser superior. ¡Aprendamos pues a descansar nuestro cuerpo y nuestra mente! JM Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

SEMBRAR PENSAMIENTOS PARA COSECHAR UN CARÁCTER

Jorge MELÉNDREZ


Mucho se ha escrito acerca del carácter, sin embargo, el pensamiento que a mi juicio es el mas bello, sublime y completo, es el que a la letra dice: “Siembra pensamientos y cosecharas deseos, siembra deseos y recogerás acciones, siembra acciones y cosecharás costumbres, siembra costumbres y formaras un carácter.” (Anónimo)

Así es la dimensión de la educación del carácter, por ello es especialmente difícil, porque es algo que se fragua muy en el interior del alma del adolescente, hombre o mujer, además de que es una cuestión personalísima; tanto que resulta prácticamente imposible, definir con precisión en que consiste ser una persona con carácter.

Por lo general, decimos que tener carácter, "...es la adaptación firme de la voluntad en una dirección y sentido adecuado", o bien, entendemos que "...es la lealtad personal hacia nobles principios", o en otros casos, "...el modo de ser peculiar de cada persona por sus cualidades morales ", también, "... que se tiene firmeza de principios y que se actúa en consecuencia."

Hace mas de 2,500 años, Tales de Mileto, filósofo griego, escribió que "...lo mas difícil del mundo es conocerse a sí mismo, y la mas fácil de las acciones es hablar mal de los demás", por lo que quién tiene la capacidad de conocerse a sí mismo, pronto adquiere la capacidad de conocer a los demás, y esa es una cualidad que falta en muchos de los adultos de nuestra generación, que nos dedicamos a hablar y a criticar a los jóvenes por su manera de ser, de vestir y de comportarse, olvidando que cada generación adopta su propio esquema y patrón de valores; en tanto que los jóvenes, por su parte, también pretenden, escudados en su edad y nivel y grado de madurez, que los adultos permitan que rompan el "statu-quo" del deber ser de las cosas, situación en la que también están equivocados.

Este es uno de los aspectos mas difíciles para los seres humanos adultos, entender a los seres humanos jóvenes, sobre todo por el hecho de que la memoria se pierde con suma facilidad, y la mayor de las veces, uno espera que ellos se comporten ante determinada situación, de manera tal como lo hacemos los adultos, y la verdad es que ésta una aspiración que aunque legítima, es prácticamente imposible, por el simple hecho de que ambos, jóvenes y adultos, vivimos juntos pero en mundos diferentes.

No deseo con lo antes expresado, decir o dar a entender que todas las conductas y actitudes de los jóvenes deban ser justificadas, sino simple y sencillamente que los adultos, por el hecho de ya haber sido jóvenes, estamos mas capacitados para ponernos en lugar de ellos y tratar de analizar las cosas desde su particular punto de vista, mientras que a la inversa, a un joven no se le puede pedir que piense y actúe como adulto, por la sencilla razón de que no lo es.

Debemos recordar que un día también nosotros tuvimos esa hermosa edad, y que en nuestros corazones latieron las dudas y las desesperanzas, los anhelos y las frustraciones, las inquietudes y los temores, y nunca, resolvimos nuestros problemas como adultos, sino siempre en la dimensión del carácter de nuestra edad.

En efecto, en el ser interior de un joven, laten una infinidad de situaciones difíciles de medir y cuantificar, y quienes no tratan a jóvenes, o lo hacen con poca frecuencia, no sospechan siquiera los torbellinos y tempestades que anidan en su corazón y les templan el carácter, por el hecho de haber olvidado los afanes que pasaron, razón por la cual, de manera inadvertida, no comprenden al joven en su totalidad.

El carácter se inicia con la voluntad y el conocimiento de nuestras virtudes y defectos, una de las cosas mas difíciles del ser humano, pues por lo general, el hombre tiende a ser complaciente con si mismo y a justificar errores y negligencias.

En general, todos los seres humanos debemos aprender a convivir con nuestros semejantes, y más los adultos frente a los jóvenes y viceversa por el hecho de que manejamos nuestros valores y capacidades de manera diferente; el joven, abrevando la experiencia, y el adulto, por su parte, revitalizando sus capacidades. Esta es una buena manera de empezar a conocerse a sí mismo, siendo la clave de como el joven empezará a ser el artífice de su destino y con sus acciones derivadas en costumbres, formará y templará un carácter, que lo dotará de fortaleza espiritual para sortear todos los obstáculos. ¡Amigo adulto, hay que aprender a tiempo a comprender a los jóvenes, antes de que ellos lo sean, y nosotros ya no tengamos la oportunidad por haber pasado el umbral de la tercera edad. ¿No lo crees así? (JM) Desde la Universidad de San Miguel

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Reflexiones

¡…QUE RÁPIDO CRECEN LOS NIETOS!

Jorge Meléndrez

No hace muchos meses que mis nietos eran unos bebés a los que su mamá debía atender de todo a todo, sin embargo, hace muy poco tiempo, quizá un año o más, que empezaron a crecer no solo en su cuerpo, sino también en su inteligencia y sus actitudes emocionales y hoy son unos niños que aunque aún pequeños, demuestran una extraordinaria madurez en su proceso de crecimiento, y desarrollo emocional, por lo que no puedo dejar de decirme a mi mismo e incluso comentar con mi esposa, sobre lo rápido que crecen los nietos.

Lo más importante es que ellos saben y están conscientes de su avance y crecimiento y aún en sus juegos, adoptan actitudes con las cuales quieren demostrar que ya nos son unos niños bebés, que ya son capaces de valerse por si mismos e incluso, prefieren hacer las cosas de manera directa sin necesidad de ser apoyados por los adultos. ¡Que bueno que así es…! Y debo reconocer además, que de esta manera van creciendo y desarrollando sus facultades de independencia que estoy seguro, en el futuro inmediato, les servirá para definir y delinear mejor su perfil de lo que quieren para su vida futura.

Una de las sorpresas más agradables y recientes, fue recibir una llamada del celular de mi hija, donde quién había marcado y llamaba para preguntarme algo sobre el destino de las vacaciones de este verano, fue mi nieto mayor, David Alberto, quién terminó invitándome a su fiesta de fin de cursos de segundo año de kinder, donde él y su hermano, -así me dijo- iban a participar en un festival sorpresa de Rock and Roll. De esta manera la sorpresa fue múltiple, pues al preguntarle por su mamá y decirle que me la pasara para hablar con ella, pues suponía que ella le había marcado mi número, me dijo que no estaba en ese momento, confirmándome que el había marcado el número de mi celular directamente.

Cuando platique esto con mi hijo Jorge René, quién bendito Dios ha salido de muchas de sus aflicciones y se encuentra plenamente reintegrado a su vida familiar y laboral, y que hoy lo veo como un regalo de Dios y un ejemplo del retorno al hogar del hijo pródigo, se rió un poco y me dijo: --¡Papá, ellos son niños de una nueva generación!, mucho muy diferente a nosotros cuando fuimos niños, refiriéndose a él y a sus hermanas, a quién todavía les toco ver televisión en casa en blanco y negro y sin control remoto, mientras que David Alberto y Jorge Miguel, saben lo que son los controles alfa-numéricos y además, los manejan con asombrosa habilidad.

Una anécdota más es que desde hace ya algunos meses, Jorge Miguel, el menor quién pronto cumplirá cuatro años de edad, estando en casa me dijo: --¡Abuelo, vamos a dibujar en la compu….! Así que como abuelo complaciente fuimos al estudio y nos sentamos frente a la computadora y le dije: --¡Ándale pues dibuja...!, y acto seguido me contestó: --¡Primero pon el programa y dime que quieres que te dibuje…! Entonces me reí pues no pude hacerlo caer en la trampa de que no podía hacerlo, y se puso a dibujar en el “Paint” unas casitas con riachuelo, nubes, sol y arco iris en el cielo. En eso estábamos cuando llegó David Alberto, el mayor, y me dijo: --¡Ahora sigo yo, Toto, quiero armar rompecabezas; y ahí me tienen buscando programas de rompecabezas (Puzzle’s) con el único fin de que mi querido nieto me demostrara sus habilidades de memoria y creatividad, para los que déjenme decirles, es todo un experto a su corta edad. Recuerdo también, que hace solo unos días, después del fin de cursos en el kinder, mi hija los inscribió en una escuela de disciplina Kung-fu, y ya, muy emocionados, llegan todas las tardes a demostrar lo que juntos han aprendido. ¡La verdad, son una amor de nietos!

No quiero dejar de comentar que tenemos un ahijado de nombre Luis Eduardo, que a su corta edad, pues es un niño muy formal a pesar de que tiene apenas ocho años de edad, es ya todo un virtuoso del piano a quien desde esta esquina reflexiva, le mando un abrazo muy cariñoso extensivo a su hermanita Rebeca, quién es la princesita de su casa, una niña hermosa y de modales muy delicados. Felicito también a mis compadres Luis y Bety por ser papás de estos niños. ¡Felicidades!

No cabe duda que los tiempos cambian y también la forma de educar a los hijos; podemos notarlo más quienes estamos en contacto con las generaciones más jóvenes, por el simple hecho de que nos damos cuenta como solucionan sus problemas cotidianos, a diferencia de nuestra generación, e incluso la de nuestros hijos, que todavía requerían la intervención de los adultos. Que bueno que así sea, pues de esta manera, se aprovechan los elementos del entorno para educar positivamente sin perder los valores esenciales de la vida. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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